El 2º Hackathon Castellón ha sido un hervidero de ideas y proyectos cargados de futuro, cumpliendo con su objetivo fundacional de reforzar y visibilizar el floreciente ecosistema de innovación y tecnología que está cuajando en la ciudad. Y como muestra un botón: un proyecto de inteligencia artificial desarrollado por un grupo de estudiantes de la Universitat Politècnica de València (UPV), Makers UPV Yellow, que reconoce logos y contabiliza el valor de las monedas y los billetes ha resultado ganador del premio correspondiente al reto planteado por Nayar Systems, una de las empresas castellonenses organizadoras, y también del galardón que dan los votos del conjunto de participantes.
El jurado ha destacado el “elevadísimo nivel” de los proyectos en esta segunda edición de Hackathon Castellón, que se ha celebrado del 29 de septiembre al 1 de octubre en el Pabellón Polideportivo de la Universitat Jaume I (UJI) con un gran éxito de participación. El encuentro de programadores castellonense, que finalmente ha contado con 130 participantes de toda la Comunitat Valenciana, se consolida así como evento de referencia para hacer “cantera” de programadores y asegura su continuidad para 2018.
Por su parte, Makers UPV Green, otro grupo formado por alumnos de la misma universidad, ambos pertenecientes a la comunidad de estudiantes Makers UPV de la Universitat Politècnica de València, habituales en hackathones de todo el país, ha sido distinguido por su proyecto de casa inteligente con sensores de presencia humana, luz y humedad, recreado en una maqueta impresa en 3D. La vistosa smart house ha resultado ganadora del reto planteado por IoTsens, otra de las empresas organizadoras, sobre internet de las cosas aplicado al hogar. Los creadores del proyecto son un grupo de alumnos de los grados de Ingeniería Informática y Eléctrica. Dos de sus miembros, Jaime Laborda y Ernesto Oliver, quienes han impreso en 3D la maqueta de la casa durante el fin de semana, han destacado la “excelente organización” y el “buen ambiente” del Hackathon.
El premio al mejor reto de PaynoPain sobre la creación de una Dapp utilizando la tecnología blockchain ha sido para Medusa Team, un equipo que ha creado una aplicación descentralizada muy innovadora con la que poder crear e intercambiar monedas virtuales entre varios jugadores. El mejor proyecto del reto planteado por Networking Directivas Castellón ha sido para Joaxis Apps, dos estudiantes de Telecomunicaciones que han desarrollado una app para gestionar eventos y poder llevar un control de asistentes.
Por su parte, GeoRumors ha sido el grupo ganador de la app con Firebase planteada por Cuatroochenta. Una aplicación de geolocalización capaz de posicionar rumores en un mapa y en la que los usuarios pueden validar su autenticidad. Y, por último, el grupo Honey Soft Devs, formado por tres recién graduadas en Diseño y Desarrollo de Videojuegos de la Universitat Jaume I, han sido ganadoras del segundo reto planteado también por Cuatroochenta, un videojuego infantil multijugador basado en el tradicional piedra, papel o tijera.
En definitiva, un encuentro muy fructífero, en el que tanto el jurado como los organizadores han destacado la calidad de los proyectos y la “alta proactividad por parte de todos los participantes”, quienes “se han esforzado mucho durante todo el fin de semana”, según destacó el CTO de Cuatroochenta, Sergio Aguado, uno de los organizadores y miembro del jurado de Hackathon Castellón. Un evento de dinamización territorial y sectorial apoyado por Focus Pyme y Emprendimiento, donde se han presentado numerosos proyectos innovadores que han aportado soluciones colaborativas a problemáticas reales.
Además del éxito de participación y de calidad de los proyectos presentados, el segundo encuentro de programadores de Castellón también ha destacado por el Hackathon Infantil, que el sábado por la mañana acogió a más de 100 niños y niñas de hasta 16 años con los retos de Robotix Lego Education y Gamesonomy para dar sus primeros pasos en la programación de dispositivos, videojuegos y robots. El polideportivo de la UJI se convirtió en un auténtico festival de creatividad tecnológica.