¿Qué puede tener en común una programadora con casi 40 años de experiencia con tres adolescentes de 14 y 17 años?
«Tuve claro el itinerario de Ciencias gracias a los referentes que tenía a mi alrededor, pero muchas otras compañeras no los han tenido. Es importante que lleguen a los institutos profesionales STEM y que nos enseñen a qué se dedican, porque hay muchos trabajos que están estereotipados: el científico loco, el informático que solo mira la pantalla del ordenador… Hay que aportar información real sobre cómo es ese mundo laboral y cuáles son nuestras oportunidades»
¿Por qué las mujeres no cursan este tipo de carreras? ¿Las jóvenes no tienen vocación STEM? ¿Cuánto talento se puede estar perdiendo solo porque hay jóvenes que piensan que titulaciones como la que cursó Fina están fuera de su alcance, interés o de lo que se supone que deberían hacer? Los roles y estereotipos de género junto a la falta de referentes cotidianos son las principales causas de que la brecha de género en estudios STEM se incremente y en la pérdida de vocación por parte de las niñas y adolescentes. La mayoría de las personas expertas coinciden en la importancia del papel de los centros educativos (sobre todo desde Primaria) y el entorno familiar para dar la vuelta a esta situación. Porque cuando Fina estudiaba apenas tenía referentes, por lo que aquel amigo de la familia se convirtió en uno de ellos. No se llamaba Ada Lovelace (incluso puede que entonces ni Fina supiese que la autora del primer algoritmo de la historia fue una mujer), pero fue lo que la ayudó a que normalizase esa profesión. Ahora Fina es uno de los referentes que encontramos en el equipo técnico de Cuatroochenta. Como también lo es Ester Caballer, desarrolladora iOS en Cuatroochenta con la que Fina comparte experiencias e impresiones en el séptimo episodio de Cuidado con las macros ocultas.
El objetivo de la app Hidden Women, proyecto finalista mundial de Technovation Girls 2021, es llegar a los centros educativos para que niñas, niños y adolescentes conozcan y utilicen la herramienta.
Para Claudia, que actualmente está cursando 2º de Bachiller en el IES La Plana de Castelló, su entorno también ha sido clave para desarrollar su vocación STEM: “A la hora de elegir entre ciencias o letras, sí que estaba más dudosa en su momento. Al final me decanté por mis referentes más cercanos, aunque no eran mujeres; ese impulso, el que te enseñaran un poco ese mundo y cómo funcionaba, fue lo que me ayudó a decantarme más por la informática y las TIC, pero muchas de mis compañeras se fueron más para el bachiller Humanístico”, explica Claudia junto a Mireia y Leire en Cuidado con las macros ocultas. “De hecho, al llegar a mi clase de bachiller, me di cuenta de que, de 30 personas, éramos diez chicas; y la mayoría están para Ciencias de la Salud, ni siquiera para tecnología. Fue un shock”. “En mi clase la situación es similar”, afirma Leire, que también cursa 2º de Bachillerato (IES Matilde Salvador de Castelló). Y aquí, en este punto, es en el que tres jóvenes de 14 y 17 años se encuentran con aquella sensación muy similar a la de Fina cuando “estaba yo sola”. De referentes próximos que despiertan una vocación, para acabar convirtiéndose en uno de ellos. Pero también de sentirte “rara” cuando eres la única mujer programadora o cuando en tu clase de 30 personas tan solo 10 son chicas. De todo el trabajo que queda por hacer.
«El objetivo es crear referentes para que las más jóvenes se vean inspiradas y sepan qué han hecho otras mujeres, y que ellas pueden hacerlo también»
Vocación STEM
Según el informe Radiografía de la brecha de género en formación STEM, muchas mujeres están interesadas en estudiar cuestiones relacionadas con la Salud, los seres vivos y los cuidados. Expertas y expertos apuntan a que el camino para conseguir que se interesen por carreras STEM es cambiar la percepción que se tiene por estos estudios y mostrarles que la tecnología “está relacionada con el cuidado de las personas, el planeta y la sostenibilidad”, como apunta Montserrat Grañeras, responsable de la Unidad de Igualdad de Género del Ministerio de Educación y una de las autoras del informe, en este artículo de El País; siendo una herramienta para poder cambiar y mejorar su entorno. Ya sea creciendo dentro de una empresa tecnológica y siendo referente para otras compañeras y mujeres o desarrollando con tan solo 14 y 17 años una app que ayuda a combatir la brecha de género: “Nosotras somos las que vamos a elegir qué carrera queremos hacer. Si ya contamos con referentes femeninos, ayudará a que algunas chicas que tengan dudas puedan decidirse por hacer una carrera STEM”.