¿Sientes que estás haciendo algo importante al ir al trabajo todos los días? ¿Serías capaz de hacer que otra persona deseara tu puesto de trabajo con tan solo explicarles tu día a día? Si es así ¡enhorabuena! porque tu trabajo y posiblemente tu vida tendrán sentido y a buen seguro serás ese oscuro objeto de deseo de cualquier empresa. Si no, puedes estar ante una oportunidad de que comience a ser así.
Así lo expuso Margarita Álvarez, la ponente elegida para poner en valor la importancia de las personas en las empresas y en general en cualquier institución, durante el acto de entrega del VI premio Creación de Empleo que organiza con un mimo exquisito el Club de RRHH de Castellón en el Paranimf de la Universitat Jaume I. Margarita ha sido nombrada por la revista Forbes como una de las 50 mujeres más poderosas de España y elegida tres años consecutivos como una de las 100 mujeres más influyentes de nuestro país.
Ella misma decidió dar un giro a su carrera, y abandonar la presidencia del Instituto Coca-Cola de la Felicidad cuando vió que todavía podía dar más, para pasar a trabajar como directora de marketing y comunicación en Adecco. Abandonar su zona de confort para liderar un nuevo proyecto orientado a dar servicio, encontrar empleo, a empresas y personas en plena crisis.
Ya no se trata solo de los valores que las organizaciones ponen explícitamente en su declaración de intenciones sino de lo que esas empresas hacen sentir a las personas (porque al final el nexo entre empresas es realmente relación entre personas) o “stakeholders” con los que se relacionan y de forma especial a las que forman parte de la propia organización.
"La gente no se va de las empresas, se va de los jefes",
Margarita Álvarez (Chief Marketing & Communication Officer)
Las personas necesitamos sentirnos parte de aquello en lo que participamos y esto implica sentir y ver que crecemos con la empresa e incluso que dejamos huella. No hay mejor motivación que encontrar sentido a lo que hacemos y celebrar los logros conseguidos como equipo, explicitando que somos parte de un todo. Compartir objetivos, éxitos.
En todo este proceso hay una parte muy importante de liderazgo. Tener clara la hoja de ruta, que nos guíen y acompañen es clave y parte de ese acompañamiento también tiene que ver con la formación en estos momentos de transición desde el mundo analógico al mundo digital.
¿Te imaginas lo bonito que es llamar a alguien en paro o que quiere progresar en su carrera, para decirle que tiene un nuevo empleo?
A esto contribuyen los premiados año a año. Cuatroochenta obtuvo su reconocimiento en 2017, junto a Euroarce y Colorker. En 2018 ha sido el turno de Kerakoll e Internacional venture. En común, los recursos humanos. En el caso de Cuatroochenta se premió el hecho de que en tan solo 6 años se habían alcanzado los 37 empleados, un incremento del 300% de su plantilla, el 95% de los cuales se habían incorporado como indefinidos. Solo un año más tarde ya somos cerca de 50 empleados, con la misma proporción de indefinidos.
Alfredo R. Cebrián (CEO de Cuatroochenta), que recogió el premio junto a Sergio Aguado (CTO) y Santiago Gimeno (socio-director), apuntó en aquella ocasión como factores del éxito la cultura del equipo, una cultura basada en la responsabilidad, la solidaridad hacia el resto del equipo, sabiendo sacrificar el desarrollo personal y primar el desarrollo colectivo. Poniendo a la persona en el centro del proceso.
¿Te imaginas lo bonito que es ver cómo las personas se sienten parte de un proyecto, crecen dentro de una empresa y se acompañan mutuamente hacia la era digital?
Poner a las personas en el centro del proceso es, en parte, ser capaces de acompañarlas y ayudarlas en el desarrollo de su talento. Talento que, en estos tiempos, pasa por una adecuada preparación para la era digital hacia la que empresas y personas estamos en plena transformación.
En la entrevista previa al acto de entrega que le hizo el club de RRHH a Margarita Álvarez, se le preguntó sobre la relación entre transformación digital y recursos humanos, a lo que la fundadora del Observatorio de Innovación en el Empleo respondió: “Para mí la transformación digital debería ser todo menos digital. Deberíamos saber qué queremos ser de mayores, que es una decisión completamente estratégica, y a partir de ahí aplicar la tecnología a aquello que nos lleve allí lo antes posible”.
De este modo, las empresas deben tomar decisiones estratégicas y ser capaces de encontrar las herramientas tecnológicas que les ayuden a conseguir el resultado deseado. El problema es que llevamos a muchas personas detrás, cada una con un grado de motivación y que necesitan unas nuevas capacidades para las que en su mayoría no tienen todavía formación.
“Son las necesidades de la organización las que deben marcar las pautas a la informática, y no al revés”, afirma Miguel Ángel Moliner, Catedrático de Marketing de la UJI y director académico del Master en Digital Development Management puesto en marcha por la UJI y Cuatroochenta, precisamente para capacitar a los empleados en la toma de decisiones que habrán de impulsar la implantación de la tecnología en la empresa (sin ser tecnólogos) y que permitirá a ésta tener preparados sus procesos y a sus personas para la era digital.
En las organizaciones suele haber mucho talento. Por delante, el reto de mantener alta su motivación y su formación para alcanzar las metas que cada empresa se proponga en medio del cambio hacia lo digital.