La crisis derivada de la COVID-19 ha supuesto un salto en la transformación digital de muchas empresas y organizaciones que han tenido que reescribir sus rutinas y reglas de trabajo. La digitalización de productos, servicios y habilidades ha avanzado siete años durante la pandemia. Así lo revela una encuesta mundial realizada por McKinsey que analiza cómo el coronavirus ha llevado a las empresas a superar un punto de inflexión tecnológico. Un fenómeno al que algunos ya llaman aceleración tecnológica.
De la noche a la mañana y en tiempo récord, el mundo entero tuvo que improvisar para adaptarse al trabajo remoto desde casa. Un modelo que las compañías y los propios trabajadores veían lejano, poco probable o, incluso, fuera de su alcance. Pero la pandemia ha dado un vuelco a esta situación. En la Unión Europea el teletrabajo ha pasado de apenas llegar al 5% a más de un tercio de los empleados, según el estudio Teleworkability and the COVID-19 crisis elaborado por la Comisión Europea. Este informe señala que el 37% aproximadamente de los puestos de trabajo europeos pueden hacerse en remoto.
Pasados los primeros meses de teletrabajo masivo, súbito y poco planificado, muchas compañías han tenido que adoptar medidas, mecanismos y herramientas para combinar el trabajo remoto desde casa con jornadas presenciales en la oficina. Es lo que se conoce como trabajo híbrido (work hybrid) y que el Financial Times ha bautizado como la “nueva norma para muchos negocios”. Las empresas han visto que el trabajo desde cualquier lugar es posible y, una vez más, la tecnología ha sido una gran aliada para conseguirlo y mantener conectados a empresas, trabajadores y clientes.
Esta transformación tan abrupta de las rutinas laborales ha comportado cambios en el trabajo en equipo, en la manera de intercambiar información o archivos, en la programación o realización de reuniones tanto de equipo como con proveedores o socios, en la organización y chequeo de tareas o en el registro de la jornada laboral. La citada encuesta de McKinsey, por ejemplo, apunta que el 80% de las interacciones con clientes son ahora en canales digitales. Una vez más, la tecnología está acompañando y haciendo mucho más fácil este trance. Hay quien incluso asegura que se ha convertido en un trabajador más. Sea como sea, detrás de muchas herramientas de trabajo colaborativo está la nube que ha sido clave para continuar con cualquier actividad, desde la educativa, a la empresarial o comercial, sin olvidar nuestras relaciones personales.
Las empresas han tenido que dar un salto de gigante en su estrategia tecnológica y, para muchas, invertir en tecnologías de la información se ha convertido en una prioridad para ser más competitivas. Para finales de 2021, el 80% de las empresas habrá implementado mecanismos para cambiar hacia una infraestructura y aplicaciones centradas en la nube, a un ritmo el doble de rápido que antes de la pandemia, según las previsiones que maneja la consultora IDC. Aunque la transición o adopción de aplicaciones en el cloud ya hace tiempo que empezó, la pandemia ha acelerado este proceso para ganar flexibilidad.
Principales herramientas de colaboración en la nube:
Y no hay que olvidar que el trabajo desde cualquier lugar y en cualquier momento, abre más puertas a los ciberdelincuentes, que aprovechan las vulnerabilidades de las compañías para lanzar sus ataques. Razón de peso por la que muchas empresas apuestan por tener esa capa de ciberseguridad que garantizan soluciones como las que desarrolla Sofistic con más de 11 años de experiencia. La prevención es clave y soluciones como UareSAFE, que combina la VPN de última generación con el antimalware gratuito para detectar troyanos, virus y publicidad abusiva, son imprescindibles para blindarse de esos ciberataques.