La tecnología como “capacidad para responder a los problemas que las grandes aglomeraciones traen” y que se traduce en smart cities, ciudades inteligentes en las que la ciudadanía adquiere un papel relevante: “Volvemos a esa sensación de que nos están mirando, y nos comportamos de distintas formas ante esa mirada”. Así analiza Antonio Rodríguez de las Heras, catedrático de Humanidades y director del Instituto de Cultura y Tecnología, el mundo en red en el que vivimos y nos relacionamos en esta entrevista Vídeo Tip 480.
Rodríguez de las Heras, intelectual de referencia, pionero en investigar, publicar y divulgar sobre los cambios culturales que genera la tecnología en la sociedad, también fue uno de los participantes de la Charla #EnModoAvión ‘Lógica humana para smart cities’ organizada por Cuatroochenta y Ciudadanos Digitales con la colaboración de Pavasal el pasado mes de diciembre en Convent Carmen de València. Aprovechamos para hablar con el catedrático en Humanidades sobre planes de digitalización de las ciudades, la participación de la ciudadanía en las smarts cities y la aparición de lo que él denomina “ser protético”.
En busca de planes para digitalizar las ciudades
La transformación digital aplicada en diferentes ámbitos va ligada a un proceso de aceleración que, como el propio Antonio Rodríguez de las Heras explica, “hace que lo que hoy vemos, mañana se habrá alterado y aparecerán cosas nuevas”. El mundo cambia aceleradamente, lo que complica la determinación de un plan de digitalización contundente y claro.
Los seres protéticos
Antonio Rodríguez de las Heras nos pone frente a una nueva forma de definirnos: seres protéticos. Es decir, cuando se acepta la tecnología miniaturizada en forma de prótesis permanentemente conectada, como ocurre, por ejemplo, con los teléfonos móviles. Estas prótesis, esta tecnología, afectan a los conceptos y percepción del espacio y del tiempo, e incluso en cómo nos movemos por la ciudad: “Ahora no entendemos un espacio en el que vamos de un lugar a otro, como hacemos normalmente. Ni entendemos la espera o la demora para alcanzar algo, porque estamos viviendo en algo nuevo para el humano: el instante”.
Una ciudadanía empoderada y con conciencia de participación
Cuando Rodríguez de las Heras habla de “una revolución cultural”, también está hablando sobre la necesidad de cambiar las formas de ver y de comportarse en se mundo: “Es un reto transmitir a la ciudadanía esos cambios y enseñar este mundo que está apareciendo delante de nuestros ojos, y que no sabemos ni mirar ni interpretar”. Apunta hacia una distorsión que, a su vez, produce nuevas formas de ignorancia y, por tanto, un nuevo reto: el de “transmitir en forma de cultura y educación todo lo que tenemos que entender de un mundo que ha cambiado y está cambiando radicalmente”.
Además, la tecnología otorga la ciudadanía nuevas formas de participación, cada vez más relacionadas con su comportamiento y conciencia: “Vivimos en un mundo en red en el que se nos percibe en forma de flujo de datos, por lo que nuestra forma de actuar y comportamiento empieza a tener otro papel de gran importancia”.
El control de datos en la ciudad inteligente
La smart city nos pone frente a una nueva forma de entender la privacidad y la intimidad: “Dejamos señales de nuestro paso y comportamiento (...) y eso tiene un poder de explotación, del que ahora solo estamos en el umbral”, explica Rodríguez de las Heras. Como consecuencia, estas ciudades inteligentes hacen que sea necesario construir leyes que protejan al individuo.