Pensemos en un territorio inteligente desde el punto de vista de la gestión de su logística y de sus activos. Su carácter inteligente está ligado obligatoriamente a la digitalización de los procesos que en este territorio se dan. En este escenario coexisten tres actores principales cada uno de los cuales tendrá un papel fundamental en esta obra conjunta que es la eficacia de todos sus procesos.
¿Qué cuáles son estos actores? Los gestores, los operarios y… los activos e infraestructuras sobre las que actuamos (el propio territorio en sentido amplio -zonas-, o en sentido funcional -vehículos, edificios, contenedores, etc.-) o con las que actuamos. Cada uno de ellos con un papel diferente que interpretar, en el que solo va a tener éxito si es asistido por la tecnología, en un entorno cada vez más complejo.
Para el gestor es básico poder explotar la información, para lo cual necesita un cuadro de mandos, gráficas, consultar informes y cubos Olap previamente configurados. El intercambio de ficheros y su auditoría de acceso mediante un repositorio o buzón de documentos también es otro elemento necesario. El alta de los trabajos de demanda y las incidencias relacionadas con el servicio y con el personal, por parte de los supervisores de zona es una de las funciones básicas a realizar, para lo cual es imprescindible la consulta de datos online en tiempo real y, sobre todo, la capacidad de poder asignar los recursos que tiene a su cargo de forma óptima.
El operario, por su parte, necesitará poder recoger todos los datos que genera directa o indirectamente su actividad, a través de su PDA o de su smartphone; no solo en el momento sino también en el lugar en el que se generan, aunque a veces dicha recogida se haga automáticamente. Además, para que su labor tenga éxito, debe tener cierta autonomía para dar de alta nuevas incidencias o nuevas situaciones que se le plantean al hacer su trabajo.
Por otra parte, el personal puede realizar su tarea sin pasar por la base, de manera que poder realizar su control presencial diario fichando desde el mismo dispositivo en el que lleva instalada la aplicación es otra ventaja para el gestor como hemos visto anteriormente, en la medida que tendrá en todo momento clara la situación de todos los operarios.
Gestión de flotas, contenedores e infraestructuras
Los vehículos que componen las flotas son parte de los activos más importantes. Su localización en tiempo real es ya un básico. Un simple móvil nos permite tener el seguimiento. Sin embargo, pensemos en cualquier tipo de flotas desde barredoras, carretillas elevadoras, vehículos de reparto (grandes o pequeños), taxis, vehículos de mantenimiento, de emergencias (ambulancias, policía, bomberos, etc.), incluso de explotaciones mineras o agrícolas por poner un ejemplo. La primera necesidad como gestores es tenerlos localizados. Pero la verdadera utilidad la obtenemos cuando conocemos otros datos relevantes como el estado del motor, la velocidad, el nivel de combustible y, en vehículos especializados por ejemplo de limpieza, el agua cargada, el sistema de lavacontenedores, peso de un contenedor, la fuerza del motor…
Lo podemos hacer mediante un localizador GPS/GRPS y su sensorización correspondiente, que nos permite monitorizar en tiempo real la situación de estos elementos y configurar alarmas e informes automáticos para el gestor. Todo ello es gracias a que herramientas como Geombo, que se integra perfectamente con un elevado número de dispositivos capaces de sensorizar activos, así como la posibilidad de homologar otros diferentes a los ya auditados, para su uso conjunto. Así, Geombo tiene un acuerdo con Gargmin, marca líder en el mercado, de manera que se pueden personalizar sus dispositivos a las necesidades del cliente.
Dispositivo Garmin con la plataforma Geombo integrada
Visualización de contenedores en el mapa
Además, un elemento crucial es el mantenimiento de los activos. Por ejemplo, en el caso de vehículos, revisiones, gestión de combustible, perfiles de conductores disponibles, medidas de seguridad, incluso informes del estilo de conducción que podrán traducirse en consejos concretos para mejorarla y, por tanto, evitar desgastes, averías, etc. En el caso de contenedores de la recogida de residuos urbanos podríamos saber cuándo se han lavado por última vez e incluso tenerlos dispuestos en un mapa para tener una estimación mientras se hace una ruta.
Las tablets o pantallas embarcadas en el vehículo permitirán que el propio operario dé de alta nuevas situaciones que se producen en el transcurso de un servicio, ganando así en flexibilidad.
A lo anterior se suma la posibilidad de optimizar las rutas de recogida de estos contenedores mediante procesos matemáticos, que ayudan a decidir la mejor forma de usar nuestra flota, lo que es válido para cualquier actividad. Así, para el reparto nos puede interesar no usar todos los vehículos disponibles o, en el caso de las ambulancias, asignar aquellas que van a llegar más pronto en función del tráfico.
Volviendo a los contenedores, otra tipología son los de tránsitos marítimos o terrestres. Para asegurar su localización en todo momento se pueden usar sensores con hasta 6 meses de duración de su batería, que incluye autoapagado cuando no se detecta movimiento, gracias al acelerómetro incorporado. Y que cumplen la norma IP67, es decir, estancos al polvo y capaces de resistir una inmersión completa a un metro de profundidad durante 30 minutos. Además, el envío de información sobre estado y localización es programable de forma remota, por lo que se pueden adaptar. Incluso, podría llegar a detectarse manipulación por personas no autorizadas.
Y todo eso con la posibilidad de integrarse con el CRM o el ERP de la empresa y con otras plataformas como ChekingPlan, que abren un amplio abanico de funcionalidades para la gestión de procesos y espacios, cuya implantación está registrando una clara aceleración en empresas, instituciones, ciudades y territorios en los últimos tiempos por sus amplias prestaciones y excelentes resultados.