Solo el 7% de las empresas españolas utilizan algún sistema de inteligencia artificial, un punto más que la media europea, según datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONSTI). Aunque la implementación de esta tecnología se ha acelerado como consecuencia de la pandemia, es aún modesta si se compara con otros países como Irlanda, por ejemplo, donde la están integrando el 20% de los negocios.
¿Qué frena a una empresa a utilizar IA? ¿Qué sectores puede transformar? ¿Cómo puede beneficiar a un negocio el tratamiento de datos a través de esta tecnología? ¿Cómo deben actuar las organizaciones ante estas soluciones tecnológicas? El ingeniero en telecomunicaciones y cofundador del Instituto de Inteligencia Artificial, Andrés Torrubia, y el divulgador de IA y autor del canal de Youtube DotCSV, Carlos Santana, charlan y reflexionan sobre estas cuestiones en esta entrevista en el primer episodio del podcast mensual Cuidado con las macros ocultas de Cuatroochenta ‘¿Quién eres? Soy una IA, un robot pensante’.
¿Por qué un negocio no puede perder de vista el desarrollo de la inteligencia artificial?
Los servicios de salud y productos farmacéuticos y las empresas de automoción y ensamblaje son las que más están aumentando la inversión en esta tecnología, a raíz de la pandemia, según datos de McKinsey&Company. Los servicios financieros y legales y el retail son otros de los sectores que apuestan por ella. A la cola, se sitúan la construcción y el sector inmobiliario. Ambos expertos coinciden que ninguna organización puede dar la espalda a este tipo de soluciones, no solo por las oportunidades que puede generar, sino por la amenaza o transformación que puede suponer para cualquier negocio. La seguridad de datos, la automatización de procesos, la atención al cliente o la optimización de procesos son las áreas con mayor uso de este tipo de herramientas.
Limitaciones para adoptar la IA
La adopción de la inteligencia artificial es una carrera de fondo. Las empresas dedican, de media, entre dos y tres años, según un informe de Microsoft, a crear la infraestructura de datos adecuada para aprovechar su potencial. Los requisitos regulatorios, la sobrecarga de información y el impacto sobre las personas trabajadoras por miedo a sentirse reemplazadas son los tres principales riesgos que asocian las empresas. “Una de las limitaciones”, apunta Santana en el podcast de Cuatroochenta, “es el desarrollo frenético que tiene” y que genera dudas a la hora de invertir en este tipo de herramientas que evolucionan muy rápidamente, como es el caso de la tecnología del procesamiento del lenguaje natural (PNL).
“Las empresas no se han adaptado al ritmo frenético del desarrollo de la IA” aunque, puntualiza Santana, no es necesario adoptar la última tecnología para beneficiarse de sus capacidades. En España, añade Torrubia, “con la masa de pymes que tenemos” la mayoría de empresas van a ser usuarias de IA y no creadoras y, por tanto, hay que mirar a esta tecnología desde “ese prisma” para “saber comprar y contratar”.