Empezamos a ganar distancia con aquellos momentos (marzo de 2020) en los que los consejos de administración y los equipos directivos, adoptaban de urgencia acciones de contingencia para asegurar, en la medida de lo posible, la continuidad del negocio y el bienestar de los empleados atendiendo a la cultura y los valores de la organización. Implantar medidas de buen gobierno ha sido clave para tomar decisiones críticas de manera rápida. Planificar los escenarios financieros y de negocio en distintos contextos, desde el más pesimista (llegando a cero o a negativo) al más optimista, una de las primeras tareas a realizar.
En paralelo se han ido desarrollando distintas acciones, relacionadas con el impacto en la actividad, pero también con las operaciones y con la cadena de suministro o supply chain, que se ha convertido en un eje fundamental para muchas empresas que han echado de menos no tener la cadena de suministro digitalizada porque es su cadena de valor. Desde el primer momento la tecnología se ha revelado la gran aliada para afrontar los efectos de cualquier pandemia, la covid-19 incluida.
En un contexto de cambio hiperconectado, globalizado y complejo, es necesario abordar estratégicamente la transformación digital para competir con mayor eficiencia: cumplir con las crecientes expectativas del cliente (visibilidad, velocidad de servicio, personalización) y mejorar la habilidad para la toma de decisiones.
Digitalizar la cadena de suministro es clave y ello nos obliga a avanzar desde una visión por silos de los distintos departamentos de la empresa a una visión como ecosistema integrado, transparente, que funciona bajo la premisa de agilidad y flexibilidad y orientada al dato.
Y como dijimos al hablar sobre las organizaciones orientadas al dato, es necesario actuar sobre todos los habilitadores, es decir, sobre aquellos elementos que preparan a la empresa para abordar la transformación (Estrategia, Organización, Cultura y Talento y Tecnología), sobre la inteligencia que la empresa ha construido o está construyendo alrededor del dato, y sobre las cuatro dimensiones de la cadena de valor: Innovación, Cliente, Operaciones y Protección.
Los pasos hacia el cambio en la cadena de suministro
Para la consultora Gartner, hay 3 pasos imprescindibles que tenemos que dar para impulsar las iniciativas de gestión del cambio en la cadena de suministro:
Un informe de la consultora PWC sobre industria 4.0 nos pone sobre la pista de por qué es importante realizar esos 3 pasos: coinciden con los principales obstáculos detectados para la digitalización en las empresas industriales españolas en el informe Meinsat. Actuando sobre ellos estamos mejorando 3 de los habilitadores que este informe proponía:
Tecnologías para el cambio en la cadena de suministro
Nos queda un habilitador, el tecnológico. Al igual que consultoras como Minsait y Gartner, la tecnológica Cuatroochenta vemos en la tecnología un habilitador indispensable.
De hecho, la covid-19 nos ha hecho caer en la cuenta de que disponer de un software informático más o menos potente, por sí mismo y aunque lo hemos estado utilizando en nuestro día a día sin problemas hasta ahora, no es garantía de que sea adecuado sobre todo para las necesidades próximas. Muchas empresas están empezando a tomar conciencia de que sus aplicaciones están limitadas cuando no obsoletas, o que residen en servidores en local a los que no se puede acceder adecuadamente cuando no estamos presencialmente en la empresa. Es decir, se han dado cuenta de que hubieran tenido que subirse a la nube y no lo han hecho y de que la arquitectura de sus aplicaciones son más del siglo pasado que de este.
Además, existen una serie de tendencias tecnológicas clave que los responsables de la cadena de suministro deben de tener en cuenta a la hora de diseñar su digitalización:
Inteligencia artificial (IA)
“A través del autoaprendizaje y el lenguaje natural, las soluciones de inteligencia artificial pueden ayudar a automatizar diversos procesos de la cadena de suministro, como el pronóstico de la demanda, la planificación de la producción o el mantenimiento predictivo”. Quizás el uso más relevante a medio-largo plazo será que, al igual que existe una realidad aumentada, existirá una “toma de decisiones aumentada” en la que la IA nos ayudará y, en los casos de menor valor añadido, se encargará directamente de tomar las decisiones más “mecánicas”. En cualquier caso no hay que olvidar que debemos tener en cuenta la seguridad de las personas y sistemas con los que opera la IA de extremo a extremo. Los sistemas de ciberseguridad deberán asegurar la integridad y mantenimiento de los datos generados y almacenados.
Análisis avanzado
La disponibilidad cada vez mayor de datos de la cadena de suministro, favorecida enormemente por el Internet de las cosas (IoT), por la existencia de datos dinámicos de compras, ventas, producción, tráfico, etc. proporciona la capacidad de extrapolar el entorno actual para comprender mejor los escenarios futuros y poder disponer de proyecciones para la toma de decisiones. Los datos nos van a dar el Big Data y la analítica la información para la toma de decisiones.
Automatización robótica de procesos (RPA) y dispositivos autónomos
La principal virtud de la RPA, además de reducir costos a largo plazo, es la de eliminar errores en los procesos repetitivos. A los robots, propios de la 3ª revolución industrial, se han sumado otros “artefactos” autónomos. Por ejemplo, drones que ayuden en los procesos de inventariado o de reparto en algunos casos, pero también vehículos cada vez más autónomos se están sumando a la cadena de suministro para contribuir en su digitalización y con ello a la eficiencia del servicio al cliente.
Amazon Robotics y su almacén robótico.
Cadena de suministro digital gemela
Los gemelos digitales consisten en la réplica virtual de un producto, servicio o sistema real que permite adelantarse a posibles problemas y experimentar sin correr riesgos antes de lanzar nuevas funcionalidades. Los gemelos digitales son especialmente útiles para el mantenimiento de máquinas y equipos conectados que generan y analizan grandes volúmenes de datos. Son perfectos para involucrar a toda la cadena de valor del producto o servicio. Y el hecho de que permitan incluir múltiples fuentes para la recopilación de los datos, unido al avance de la inteligencia artificial, cloud computing, machine learning y big data hacen que cada vez su uso sea mayor. La consultora IDC detectó en 2018 mejoras del 30% en los procesos críticos de aquellas compañías que invirtieron en esta tecnología.
Blockchain
Los sistemas de mensajería punto a punto, como el intercambio electrónico de datos (EDI) y la mensajería XML, aunque intentan mantener la continuidad de la información, fueron creados para una era de grandes empresas integradas verticalmente con grandes cadenas de suministro, pero en su mayoría estáticas. Hoy día las cadenas de suministro ya no son redes tradicionales de OEMs y proveedores. Una única compañía tiene múltiples fabricantes contratados, y un proveedor de red que hace distribución en distintos canales desde el comercio minorista hasta en comercio electrónico. A lo que se unen los ciclos de vida de productos más cortos.
Blockchain permite que toda la información se vaya almacenando de manera distribuida e irreversible; se añaden capas de modificaciones pero no se edita la información una vez añadida, así se genera un histórico como garantía de dicha información en el que cada participante en la cadena de bloques (nodos) verifica el trabajo y los cálculos de los demás. La información es pues redundante y tiene alta disponibilidad. Al estar digitalizada y online es fácil hacer un seguimiento de cada elemento que interviene en un producto o servicio. El consumidor, escaneando un código QR, tiene acceso a la trazabilidad completa de su producto.
Experiencia inmersiva
La integración de la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR) con múltiples entornos móviles, portátiles, IoT y ricos en sensores y plataformas de conversación, extenderá las aplicaciones inmersivas más allá de las aisladas y de una sola persona. Pensemos, por ejemplo, qué bien le vendría a una tienda de ropa, en plena desescalada por la covid-19, poder disponer de esta tecnología para que los clientes sepan cómo le queda una prenda sin necesidad de probársela. Zara realizó una experiencia con Zara AR, su aplicación de Realidad Aumentada, mediante la cual, los clientes podían enfocar un escaparate aparentemente vacío, o determinados puntos (sensorizados) localizados dentro de la tienda y ver en la pantalla de su dispositivo clips de duración entre 6 y 12 segundos en la que modelos lucían diferentes looks. Aunque la aplicación no se ha generalizado desde que se lanzara en 2018, sí que ha servido para ver por dónde apunta lo próximo.
Terminar con el ejemplo de Zara no ha sido casual. Es un paradigma de hasta dónde pueden llegar las empresas. Como parte del grupo Inditex es la empresa española más internacional y la que mejor ha sabido digitalizar su cadena de suministro en base al conocimiento del cliente y del negocio mediante el uso del big data, llegando incluso como afirma IE University a personalizar lo que se ofrece en cada tienda, como fruto de ese conocimiento. Así, utiliza el análisis de datos para ahorrar en stock y personalizar la experiencia de los clientes, lo que según el informe “Digitalización y Experiencia de Cliente” le ha valido ser la marca del sector moda con la que más se relaciona el consumidor en su sector con un 21,8% de los clientes.
Por eso no es de extrañar que Inditex ocupe el puesto nº 2 en el “ranking de los mejores 25 de la cadena de suministro de 2019” de la consultora Gartner, en el que se destacan tres tendencias clave para los líderes de la cadena de suministro que están acelerando sus capacidades, incrementando cada vez más el valor de su cadena de suministro y separándolos aún más del resto del grupo. Éstas son:
¿A qué dificultades se enfrentan los directivos?
El camino como ya saben los directivos no es fácil. Según Top Insights for the C-Suite for Supply Chain de Gartner, “la cantidad de “ruido” que rodea a muchas tecnologías, complica la capacidad de los responsables de la cadena de suministro (CSCO) para identificar soluciones relevantes para sus necesidades comerciales”. Y además, aunque el 47% de las empresas tienen una hoja de ruta para trazar una dirección y un cronograma con el que alcanzar el estado futuro deseado por su cadena de suministro digital, el enfoque generalmente está en la eficiencia para necesidades actuales, y no para las futuras. Solamente el 16% tienen iniciativas digitales centradas en apoyar nuevos diseños de modelos de negocio para los 2 próximos años, un 25% si atendemos al espacio horizonte de entre 2 y 5 años.
Solo el 47% de las empresas están definiendo o implementando activamente una hoja de ruta de la cadena de suministro digital
Fuente: 2018 Gartner Digital Supply Transformation Survey