En 2023 en las empresas, por cada desarrollador profesional, habrá cuatro desarrolladores no tecnológicos. Personas, habitualmente con poca o ninguna formación en código, que son capaces de desarrollar soluciones y aplicaciones. Un perfil conocido como citizen developer. Al menos esta es la previsión que hace Gartner y, aunque algunos expertos creen que no llegará a cumplirse, refuerza el empuje que están teniendo las herramientas low code y no code. Tecnologías que con poco o nada de código permiten crear soluciones y automatismos.
El nuevo episodio del podcast de Cuatroochenta “Los superpoderes del low code y no code” se centra en analizar el impacto que tienen y tendrán estas herramientas en el desarrollo de software. El aumento de la demanda de servicios y soluciones tecnológicas, impulsado por la transformación digital de las organizaciones y sumado a la falta de profesionales IT, están incentivando la adopción de este tipo de herramientas en los negocios. ¿Pero cuál es el panorama que están dibujando? ¿Cómo pueden beneficiarse las empresas? ¿Tienen alguna limitación?
Del dominio del Excel al dominio del low code
“El low code y no code lo llevamos utilizando desde hace más de 20 años. Antes, se llamaba Excel y era mucho menos sexi”, afirma David Bonilla, fundador y director de la empresa de recruiting Manfred y autor del newsletter La Bonilista, en el primer episodio de la segunda temporada de Cuidado con las macros ocultas. Las soluciones low code, como las hojas de cálculo de Excel con las fórmulas, utilizan muy poco código y eso las acerca a todo tipo de personas, sin necesidad de tener conocimientos técnicos. De hecho, muchas personas del sector consideran al Excel como el embrión de lo que ahora es low code.
Si antes el personal de las empresas debía dominar el uso de Excel, ahora son cada vez más las que consideran que sus trabajadores deben familiarizarse con el uso de este tipo de tecnologías. Bonilla considera que se les debe dar una oportunidad, ya que este tipo de herramientas “para el 80 o 90% de los casos nos van a valer”.
«Creo que las empresas empiezan a ser conscientes de que no hay gente suficiente para hacer código a medida, que es lo que hacíamos hasta ahora. Esa demanda y falta de oferta se manifiesta en dos vertientes, una con la pujanza del SaaS y otra con el low code y no code. Si no puedo tener un programador que me haga una aplicación desde cero, puedo tener una opción intermedia»
El impacto del low code en cifras
Fuente: ‘Análisis del Low code, nuevo paradigma en el desarrollo de software’ (Barcelona Digital Talent)
Impulso a los automatismos
Conectar una aplicación con otra, enviar automáticamente un correo electrónico cuando se da de alta un cliente en un formulario o generar una tarea cuando se crea un nuevo proyecto. Son solo algunos ejemplos de los automatismos que permite generar el low code y no code, de forma sencilla y ágil. Las organizaciones, sobre todo lideradas por las grandes compañías, están empezando a experimentar con este tipo de soluciones. Es el caso, por ejemplo, de Power Platform de Microsoft que ofrece soluciones para implementar flujos de negocio de forma gráfica, crear aplicaciones móviles y chatbots o generar informes dinámicos.
Aunque esta tecnología de bajo código tiene un amplio abanico de posibilidades, no va a sustituir el desarrollo de lenguajes tradicionales sino que lo va a completar. Y esto se observa según el director del programa del Barcelona Digital Talent, Jordi Arrufí, con soluciones que permiten desarrollar aplicaciones a partir de la fotografía de un esquema realizado a mano en un papel o a través del reconocimiento de voz. “Vamos hacia esos modelos de simplificación al extremo, pero estamos lejos de crear aplicaciones críticas de negocio con low code”, concluye Arrufí.
Principales casos de uso
Low code: ¿solución a la falta de programadores y programadoras?
La falta de personal IT preocupa al sector tecnológico y amenaza el ritmo de transformación digital de muchos negocios. En España hay más de 120.000 vacantes sin cubrir en el sector de las nuevas tecnologías, según la última radiografía hecha por la Asociación Española para la Digitalización DigitalES de mayo de 2022. Ante este panorama, para muchos expertos el low code y el no code puede ser un alivio a la presión de las empresas de desarrollo tecnológico.
La brecha de talento IT no se resolverá solo con el low code. En eso coinciden tanto David Bonilla como Jordi Arrufí, pero puede ayudar a cubrir esa falta de programadores y programadoras. Para Bonilla “el movimiento low code está demostrando que no damos abasto, el mercado demanda más profesionales y cada vez somos menos”. Arrufí añade que hay que seguir fomentando las vocaciones STEM y apostar firmemente por la formación en low code, sobre todo en la universidad y no solo en los estudios técnicos.
«Yo creo que el desarrollador o ingeniero de software se va sostener durante muchos años, no me atrevo a decir el horizonte. Pero sí es cierto que tendrá que desarrollar otras tareas y competencias más de gestión, es decir, quizás picará menos código y se dedicará más a la gobernanza del software, a asegurar los parámetros de seguridad y a la gestión y arquitectura IT»
Esta tecnología puede ser un revulsivo para los negocios a la hora de abordar la transformación digital. Aun así, los expertos insisten en que, para que haya un verdadero impacto en las organizaciones, se debe producir un cambio interno en las empresas y más formación. Por eso, hay compañías que ya están formando a su propio personal en low code y no code. Es el caso de Arturo Velázquez, Business Analyst y Low Code Strategist Manager en Cuatroochenta. Graduado en Administración y Dirección de Empresas, se ha especializado en automatismos viendo la proyección de estas herramientas “para conseguir una mayor productividad”.