Organización de documentos, generación de informes, supervisión de tareas o gestión de la afluencia de personas en un espacio. Son algunas tareas rutinarias que, gracias a la tecnología, se están automatizando para ganar eficiencia y productividad en un negocio. Y es que libera de trabajos repetitivos para ganar valor y poder dedicar tiempo a decisiones o tareas estratégicas. La automatización es un claro ejemplo del papel protagonista que está ocupando la tecnología en la digitalización del puesto de trabajo.
Una digitalización, que como en muchos otros ámbitos, se ha acelerado y ha dado un salto impulsado por la pandemia. No hablamos solo del trabajo remoto o híbrido que posibilitan las soluciones en la nube, sino del creciente uso de herramientas de colaboración, del rediseño de oficinas o de la mayor adopción de inteligencia artificial en los procesos de gestión y producción de las empresas. Este nuevo escenario laboral se conoce como digital workplace y es el tema central del nuevo episodio del podcast de Cuatroochenta Cuidado con la macros ocultas.
Reto: el salto digital en el puesto de trabajo
¿Qué sectores han apostado por la automatización?
La cultura actual de las empresas, la falta de inversión, la carencia de habilidades digitales y el miedo a lo desconocido son los principales obstáculos para abordar la transformación digital en las organizaciones.
“Si una empresa automatiza, pero su filosofía o su cultura no es poner a la persona en el centro, olvídate” afirma Guillermo Montoya, CEO y cofudandor de DEISER, una de las principales distribuidoras españolas de herramientas de colaboración de Atlassian, como son los gestores de tareas y proyectos JIRA o Trello. En el episodio ‘Automatismos, robots y avatares. El nuevo digital workplace’, Montoya explica que la Covid-19 está dejando un mundo más híbrido y que hay tendencias que serán ya “irreversibles”. Aunque la tecnología haya ayudado a los negocios a adaptarse al nuevo escenario laboral, considera que, en muchas empresas, aún se tiene que producir un cambio de mentalidad en la estructura organizativa.
«Yo creo que se ha dado un primer paso, pero hace falta otro donde la tecnología no es necesariamente la protagonista, sino la propia persona y la estructura. Tenemos que seguir rompiendo silos, pero ya es cuestión de personas. La tecnología lo que hace es ayudar»
Los cargos directivos dicen que la Covid-19 está acelerando la adopción de tecnologías digitales y de automatización
Automización / IA
Digitalización de interacción y colaboración entre empleados
Digitalización de canales para clientes
Digitalización de la cadena de suministro
Fuente: The Future of Work (McKinsey)
La inteligencia artificial: núcleo de la revolución del digital workplace
La pandemia ha demostrado que el teletrabajo, gracias a la incorporación de herramientas de colaboración que ya existían, permite aumentar la productividad en muchos sectores, según analiza Manuel Hidalgo, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y autor del libro El empleo del futuro. Un análisis del impacto de las nuevas tecnologías en el mercado laboral. Donde ha caído la producción, relata, es en aquellos negocios o ámbitos que tienen dificultades para amoldarse a la nuevas situaciones, sobre todo en pequeñas empresas familiares.
Para el profesor, un punto de inflexión está siendo la integración de inteligencia artificial, con el “boom de la computación, el acceso a los datos y el desarrollo de herramientas, accesibles prácticamente a cualquier empresa”. Es una tecnología permeable que llega prácticamente a cualquier sector, desde el taxi a la de educación, pasando por la fotografía, uno de los ámbitos profesionales que, para el profesor, más ha evolucionado en los últimos años gracias a las soluciones de IA.
«Es indudable que la inteligencia artificial está en el centro, con otras cuestiones, de la revolución tecnológica. No vamos a poder generar producto y conocimiento si la IA no está presente en prácticamente todas las empresas del tejido productivo. Pero también creo que se ha magnificado en demasía qué puede hacer o puede aportar la IA»
Evolución de las máquinas. ¿Sustitución o colaboración en el puesto de trabajo?
Cuando se habla de la transformación del puesto de trabajo es inevitable poner el foco en los robots. ¿Pero qué puestos de trabajo harán prescindibles las máquinas? El estudio The future of work, elaborado por Mckinsey, apunta que al menos 107 millones de personas se verán forzadas en todo el mundo a cambiar de ocupación en la próxima década, sobre todo personal de oficina, de atención al cliente, de producción, de servicios de restauración o de instalaciones mecánicas.
Más personas deberán cambiar de ocupación en un escenario post-Covid-19
Proporción de la población activa que necesitará cambiar a nuevas ocupaciones antes del 2030 (%)
Fuente: The Future of Work (McKinsey)
La robotización de la industria, según explica Manuel Hidalgo, hace años que está transformando y destruyendo algunos puestos de trabajo. El profesor de Economía Aplicada reconoce que las nuevas tecnologías van a sustituir o destruir empleo, pero remarca que van a crear mucho más. La evidencia es muy clara, apunta, “nunca había crecido tanto la tecnología en los dos últimos siglos y ahora es el momento en que más personas en el mundo están trabajando”. En esta misma línea se muestra el CEO de DEISER, quien apunta que se están generando nuevos modelos, ya que van a desaparecer puestos de trabajo rutinarios y van a surgir “nuevos gratificantes y enriquecedores desde el punto de vista intelectual”.
De la pantalla a la tecnología espacial envolvente
“Hasta ahora el contenido digital ha estado dentro de las pantallas y ahora vamos a pasar a un tipo de tecnología que nos envuelve con el contenido digital”. Así describe el nuevo escenario laboral Mar González Franco, ingeniera informática e investigadora del equipo EPIC (Extendend Perception Interaction and Cognition) de Microsoft Research, que trabaja en prototipos de realidad virtual, avatares, visión por computadora y tecnología háptica.
Todo ello es lo que se conoce como computación espacial. Con los cambios que está dejando la pandemia en las relaciones y en la forma de trabajar, está tomando mucho más protagonismo. Se trata de que una persona pueda utilizar unas gafas de realidad virtual, como podrían ser las Hololens, como si tuviera la pantalla del ordenador delante y, además, con la ventaja de tener las manos libres.
Desafíos de la computación espacial
- Sustituir el ordenador por un tipo de pantalla diferente de realidad virtual. La persona trabajadora tendrá en esas gafas los mismos servicios o aplicaciones que en un ordenador, como puede ser un procesador de texto o una hoja de cálculo.
- Incluirla en puestos de trabajo que no suelen utilizar el ordenador, como una línea de producción de una fábrica. Imaginemos poder ver, a través de esas gafas, el estado de maduración de un tomate en una tienda o ver la frecuencia cardíaca de la persona con la que estás hablando.
- Crear dispositivos de tecnología háptica que, a través del sentido del tacto, permitan la interacción objeto-mano. Eso significa que la persona que está tocando un objeto virtual tenga la sensación de estar interactuando con uno real.
«En el puesto de trabajo tradicional, en el que estamos delante de un ordenador, la tecnología espacial va a entrar cuando sustituya al portátil. Te pondrás unas gafas y podrás simular cinco pantallas en lugar de tener una sola»
Uno de los proyectos en los que ha trabajado González Franco y que pronto saldrá al mercado es Mesh for Teams, que permitirá incorporar avatares este mismo 2022 en las videollamadas. Las personas usuarias podrán mostrar su avatar en 3D, en lugar de activar su cámara. Uno de los principales retos ha sido aplicar técnicas de machine learning para conseguir animaciones faciales a través del audio y que la boca se mueva tal como habla la persona.
“No se trata de sustituir a quien se conecta con vídeo, sino a quien solo lo hace con audio”, dice González Franco, para que tengan el mismo nivel de representación en la reunión virtual las personas que, por diferentes motivos, no encienden la cámara. Además, según la investigadora, así no se crea tanta fatiga. El verano pasado hicieron una prueba piloto en Microsoft y, tras unos días utilizando avatares, las personas trabajadoras aseguraron que apostarían por ellas en sus videollamadas. Ahora espera que una vez lleguen al mercado, tengan la misma aceptación entre las personas usuarias de Teams.