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Facility Management  ·  Gestión de activos

La tecnología es la mejor herramienta para simplificar la obtención de datos que permita gestionar todo tipo de edificios e instalaciones de forma ágil. Desde FAMA hemos identificado los 5 ámbitos del Facility Management en los que es prioritario aplicar ese principio de sencillez.

“Solo uno entiende algo si es capaz de explicárselo a su abuela”. Esta frase tan clara resume, bajo mi punto de vista, la esencia del principio KISS, del acrónimo en inglés Keep It Simple. Stupid!, que viene a decir que cualquier sistema funciona mejor si se mantiene sencillo. Es un término que nació en 1960 en la Marina de EE.UU. Se aplicaba al diseño de aviones para conseguir que fueran reparados en condiciones de combate, con escasas herramientas y poco sofisticadas.

La simplicidad es un objetivo clave del diseño y cualquier complejidad accidental debe ser evitada.

Este concepto de sencillez sigue siendo válido hoy en día y aplicable en el desarrollo de cualquier solución tecnológica, especialmente en aquellas que deben abordar retos complejos como puede ser el Facility Management (FM). Esta disciplina debe dar respuesta a la gestión de una gran diversidad de infraestructuras públicas y privadas que pueden ir desde edificios históricos patrimoniales como puede ser un edificio modernista de principios del siglo XX hasta modernos inmuebles inteligentes dotados de última tecnología, pasando por instalaciones ferroviarias, hospitalarias o superficies comerciales. Y ante este desafío la tecnología, facilitando la obtención de datos, permite optimizar toda esta gestión ayudando en tres aspectos clave:

  • Mejorar la toma de decisiones.
  • Evaluar el cumplimiento de objetivos.
  • Dirigir las inversiones.

Obtención de indicadores (KPIs): mejora continua

Para simplificar la obtención de KPIs y favorecer los procesos de mejora continua, es importante incorporar tecnología que tenga una capacidad flexible para obtener indicadores adaptados al paso del tiempo. En este sentido, es importante escoger bien los indicadores a medir priorizando dos premisas: los aspectos económicos que suponen un ahorro y una mejora del servicio y los que afectan al core de la organización.

El sistema de FM debe ir acompañado de una API adecuada para facilitar esta integración.