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Desarrollo app  ·  Diseño UX UI  ·  Software a medida

Poner el foco en el diseño de la experiencia de usuario desde que se concibe un proyecto de software es clave para conectar con el cliente y evitar problemas de gestión y desarrollo que terminan incrementando costes.

Un buen diseño UX (siglas de User Experience; experiencia del usuario en castellano) suele ser invisible. Cuando una app o una web es fácil de navegar, apenas nos damos cuenta de la implicación que ha podido tener el diseño UX en su desarrollo. La clave es que la persona usuaria pueda disfrutar del contenido e interactuar con él de forma amigable, simple e intuitiva; y el valor de la labor detrás de esta usabilidad queda escondido.

Al contrario, cuando una persona usuaria se enfrenta a una web o aplicación que es difícil de manejar, su complejidad acaba llevando a un callejón sin salida y genera frustración en el usuario final (“¿Seré yo? Seguro que no lo estoy haciendo bien”) y, por tanto, también en el cliente. No pensar en UX puede poner en peligro el resultado final de un proyecto, del trabajo que tiene detrás e incluso acabar costando dinero a la empresa.

¿Cuáles son las consecuencias de no planificar un proyecto desde el punto de vista de UX?

El diseño UX tiene un papel muy importante desde el primer momento en el que se concibe cualquier proyecto. Y no solo por las implicaciones que tendrá en el usuario final, sino también por las que puede llegar a tener en el trabajo del resto del equipo:

Business analyst.

Es el primer contacto con el cliente y su nexo de unión con el equipo de desarrollo. Pensar en diseño UX antes de presentar cualquier proyecto suma un gran valor añadido frente a otros, y ayuda a que éste sea más atractivo. Porque cuando se habla de atractivo, no solo se hace referencia a valores estéticos —que también pueden ser interesantes para el cliente—, sino que hablamos de su usabilidad y puede que en muchos casos de ganar la oportunidad.

Una interfaz de usuario buena (UI, siglas de User Interface) con una experiencia de usuario defectuosa no nos salvará de posibles contratiempos. En cambio, poner el foco en la usabilidad no solo ayudará a la venta, sino que facilitará el trabajo del business analyst.

Steve Krug, en No me hagas pensar apunta que:

No leemos. Solo ojeamos y nos fijamos en lo que buscamos. El resto lo ignoramos.

No averiguamos cómo funcionará algo, simplemente nos lanzamos a ello y vamos avanzando a través del “barro”.

No tomamos la decisión óptima, sino la suficientemente buena. Buscamos satisfacer la necesidad que tenemos y la primera opción que tiene pinta de ser mínimamente válida es la que escogeremos.

Gestión de producción/desarrollo.

Cuando ya hemos llegado al punto en el que nos damos cuenta de que el producto no funciona, no es usable ni amigable para el usuario final —y, por tanto, frustrante para el cliente—, es el momento de actualizarlo. Analizar cuáles son y dónde están los puntos débiles y definir dónde está el código que se tiene que cambiar. Entonces, llega la pregunta: ¿Cómo se pueden integrar estos cambios con lo que ya existe? ¿Pensar en UX habría evitado llegar a esta fase?

Un buen proceso de diseño UX:

Ahorra problemas desde el primer contacto con el cliente.

Ayuda a fijar una hoja de ruta flexible, pero con un propósito bien definido.

Evita elementos innecesarios que han supuesto una inversión de tiempo en el desarrollo y ayudaría a identificar cuáles son aquellos elementos necesarios que faltan por desarrollar.

¿Cómo se pueden detectar y corregir estos desajustes?

El libro Lean UX, cómo diseñar grandes productos con equipos Agile de Jeff Gothelf y Josh Seiden, en el capítulo “Visión, marco y resultados”, hace referencia a cómo equipos de producto ponen el foco en funciones, con el énfasis en los requerimientos e implementaciones y  plantean un escenario alternativo:

«Lean UX cambia por completo nuestro marco de trabajo al reintroducir el contexto estratégico para las elecciones que hacemos sobre las funciones y diseño, y aún más importante como nosotros –el equipo entero, no solo el equipo de diseño– definen el éxito. Nuestro objetivo no será crear un documento entregable o función, sino cambiar algo en el mundo real, es decir, producir un resultado».

Los que han encontrado los defectos o contratiempos son los que más saben cómo ha afectado a su trabajo, de manera que conviene que formen parte del equipo encargado de solucionar el problema.

Lean UX es la metodología más adecuada si lo que queremos hacer es optimizar tiempos y recursos y testear los resultados de nuestras hipótesis hasta tener la solución más perfecta posible.

Al final, no usar UX de la forma correcta puede convertirse en uno de los grandes errores en el desarrollo de cualquier proyecto, ya que, además de ser un valor añadido de los servicios que ofrece la empresa, también es la solución a posibles incidencias y puede ayudar a la optimización y rentabilidad del proyecto.

Un buen diseño UX mejora las ventas de software y producto, evita gastos de soporte y hace más rentables los proyectos